martes, 19 de enero de 2016

Fracaso de Frodo


¿Fracasó Frodo en la Misión?


“Entonces Frodo pareció despertar, y habló con una voz clara, una voz límpida y potente que Sam no le conocía, y que se alzó sobre el tumulto y los golpes del Monte del Destino, y retumbó en el techo y las paredes de la caverna.
-He llegado-dijo-. Pero ahora he decidido no hacer lo que he venido a hacer. No lo haré. ¡El Anillo es mío! - Y de pronto se lo puso en el dedo, y desapareció de la vista de Sam. Sam abrió la boca y jadeó, pero no llegó a gritar, porque en aquel instante ocurrieron muchas cosas.”
El Monte del Destino, El Retorno del Rey, p.255

Tras un largo y accidentado viaje Frodo llegó hasta el Monte del Destino, aunque en el último momento su voluntad flaqueó y no pudo, no quiso, arrojar el Anillo al fuego donde fue forjado. Finalmente, el Anillo acabó siendo destruido y la Misión completada, porque el objetivo no era otro que tirar el Anillo al Fuego.

“-Nadie aquí puede hacerlo - dijo Elrond gravemente-… Ahora en circunstancias extremas, hemos de elegir un camino difícil, un camino imprevisto. Ésa es nuestra esperanza, si hay esperanza: ir hacia el peligro, ir a Mordor. Tenemos que echar el Anillo al Fuego”
El Concilio de Elrond, La Comunidad del Anillo, p.316

“-Yo llevaré el Anillo – dijo -, aunque no sé cómo.”
El Concilio de Elrond, La Comunidad del Anillo, p.320

La Misión no sólo consistía en llevar el Anillo al Monte del Destino, había que destruirlo. Frodo era el Portador y el resto de la Compañía del Anillo le ayudaría a hacerlo, y acompañaría en la medida de lo posible.

Frodo consiguió llevar el Anillo a las Grietas del Destino, donde debía arrojarlo. La Misión como Portador del Anillo logró realizarla. Frodo no sucumbió a las diferentes tentaciones que le ofreció el Anillo a lo largo de su viaje y, con la ayuda de Sam, pudo poner los pies en el lugar donde debía llegar.

“Frodo merecía todo honor porque derramó hasta la última gota de la capacidad de su voluntad y de su cuerpo, y eso fue suficiente para llevarlo al punto destinado y no más allá. Muy poco, quizás ninguno más de su tiempo, podrían haber llegado tan lejos.”
Carta 192, Cartas, p. 297

Pero, como decía, la Misión no sólo consistía en llevarlo hasta el punto destinado. No, debían destruirlo. Y, en efecto, fue destruido y Sauron derrotado. La Misión tuvo éxito, aunque no por voluntad de Frodo. ¿Se puede entonces hablar de un fracaso de Frodo en tanto que no hizo lo que debía hacer? ¿La Misión estaba condenada al fracaso?

La misión… estaba condenada a fracasar como plan mundanal, y también estaba destinada a terminar en desastre como la historia del proceso por el que el humilde Frodo se dirigía al «ennoblecimiento», a su santificación. Fracasaría y fracasó en lo que a Frodo concierne, al menos considerado solo”
Carta 181, Cartas, p. 274

Así respondía Tolkien a Michael Straight, jefe de redacción de New Republic, sobre el fracaso de Frodo en su culminación. De un modo bastante más explícito y tajante de lo que habría cabido esperar. En realidad, el autor no tiene dudas del fracaso de Frodo y, unos meses más tarde, se sigue mostrando igual de rotundo:

No, Frodo «fracasó». Es posible que una vez que el Anillo fuera destruido él tuviera escasa memoria de la última escena. Pero es preciso enfrentar el hecho: no es posible que las criaturas encarnadas, por «buenas» que sean, resistan definitivamente el poder del mal en el mundo; y el Escritor de la Historia no es uno de nosotros.”
Carta 191, Cartas, p. 296

En esta última carta (Carta 191), donde ofrece algunos detalles más sobre Frodo y el Anillo, se nos desvela algo muy interesante:

“Si relee los pasajes que tratan de Frodo y el Anillo, creo que comprenderá que no solo le era del todo imposible entregar el Anillo, ya sea de hecho o solo con tal intención de hacerlo, especialmente en este punto de máximo poder, sino que esta incapacidad se presagiaba desde mucho tiempo atrás. Fue honrado porque había aceptado la carga voluntariamente y había hecho todo lo que estaba dentro del máximo de sus posibilidades físicas y mentales”
Carta 191. Cartas. p. 295

Para el propio Tolkien la Misión estaba abocada al fracaso, a Frodo le sería imposible destruir el Anillo, pero no sólo eso, sino que antes de llegar a ese momento ya se presagiaba que ocurriría. ¿En qué momento de El Señor de los Anillos se nos da una pista de esto? Veamos lo que dice Gandalf cuando sabe que el Anillo es el Único:

“Un Anillo de Poder se cuida solo, Frodo. Puede deslizarse traidoramente fuera del dedo, pero el dueño no lo dejará nunca. Tendrá alguna vez la idea de pasárselo a otro, pero esto sólo al principio, cuando el poder comienza a manifestarse. Pero, que yo sepa, en toda la historia del Anillo sólo Bilbo fue capaz de ir más allá de la idea y llevarla a cabo. Necesitó de toda mi ayuda. Y aun así, nunca hubiese dejado el Anillo, nunca se hubiera librado de él. No fue Gollum, Frodo, sino el Anillo mismo el que decidió. El Anillo abandonó a Gollum”
La Sombra del Pasado. La Comunidad del Anillo, p. 74

            “- ¿Ves, Frodo? Tampoco tú puedes deshacerte de él ni dañarlo. Y yo no podría obligarte, sino por la fuerza, en cuyo caso te arruinaría la mente…”
La Sombra del Pasado. La Comunidad del Anillo, p. 80

Gandalf sabía que era imposible la destrucción del Anillo por voluntad propia, y también que debían arrojarlo al Fuego. Sin embargo, él no pierde la esperanza de que la Misión se acabase cumpliendo con éxito. Tal vez supiera algo más que los demás desconocían.

“El corazón me dice que [Gollum] todavía tiene un papel que desempeñar, para bien o para mal, antes del fin: y cuando este llegue, la misericordia de Bilbo puede determinar el destino de muchos, no menos que el tuyo.”
La Sombra del Pasado, La Comunidad del Anillo. p. 79

Pero volvamos al asunto principal, al “fracaso”. Podríamos hacernos la pregunta de si podría considerarse fracaso el hecho de intentar hacer algo que de antemano es imposible. Una opinión (y la que parece ser la opinión de Tolkien) sería que, aunque la misión estaba condenada a fracasar, no exime que Frodo no cumpliese su objetivo por sí mismo (fruto del azar, casualidad o destino se logró, pero ese es otro tema...) y, por tanto, fracasara. Aunque no podemos dejar de considerar el otro punto de vista. Si Frodo hizo todo lo humanamente posible: “…derramó hasta la última gota de la capacidad de su voluntad y de su cuerpo, y eso fue suficiente para llevarlo al punto destinado y no más allá”, y la tarea era imposible ¿cómo se puede decir que Frodo fracasó?

Es en este momento cuando podemos hablar del ¿nuevo? concepto de fracaso del que habla Tolkien: El fracaso moral. En una muy interesante carta a una lectora, escrita unos siete años después de las anteriores, Tolkien profundiza en el asunto de Frodo y el Anillo. Si bien al principio insiste en que Frodo, por cierto, fue «incapaz» como héroe tal y cómo lo conciben las mentes simples: no soportó hasta el final; cedió, desertó.” (Carta 246), después matiza ese fracaso:

No creo que Frodo fuera un fracaso moral. En el último momento la presión del Anillo alcanzaría su máximo; imposible diría yo, que cualquiera pudiera resistirlo, seguramente después de conservarlo tanto tiempo, meses de incrementado tormento, hambre y agotamiento. Frodo había hecho lo que podía y estaba exhausto (como instrumento de la Providencia) …
…El fracaso moral de un hombre sólo puede afirmarse, me parece, cuando su esfuerzo capacidad de resistencia quedan por debajo de sus límites, y la culpa decrece cuanto más cerca se está de dichos límites.”
Carta 246, Cartas, p. 380

“Su verdadero compromiso [de Frodo] consistía tan sólo en hacer lo que pudiera, tratar de hallar un camino y avanzar tanto por él como la fuerza de su mente y su cuerpo lo permitía. Es lo que hizo. No veo que el quebrantamiento de su mente y su voluntad bajo demoníaca presión después del tormento sea más un fracaso moral que lo habría sido el quebrantamiento de su cuerpo si hubiera sido estrangulado por Gollum o aplastado por la caída de una roca, por ejemplo.”
Carta 246, Cartas, p. 380

Según el propio Tolkien, Frodo fracasó pues no realizó satisfactoriamente la misión/empresa propuesta (cedió, desertó), pero había hecho todo lo que estaba dentro del máximo de sus posibilidades físicas y mentales y esto hace que el fracaso no sea moral. Visto de este modo, Frodo no debería haber tenido ningún sentimiento de culpa, pero no fue así, la Misión le dejó secuelas de por vida, no sólo las heridas físicas.

“…he sufrido heridas demasiado profundas, Sam. Intenté salvar la Comarca, y la he salvado; pero no para mí. Así suele ocurrir, Sam, cuando las cosas están en peligro: alguien tiene que renunciar a ellas, perderlas, para que otros las conserven.”
Los Puertos Grises, El Retorno del Rey, p. 354-355

De esta forma Frodo le contaba a Sam cómo se sentía, el enorme sacrificio que había hecho, antes de partir rumbo al Oeste. Tolkien explica este sentimiento de Frodo en la ya nombrada Carta 246 y, en ella, aparecen los conceptos de culpa y fracaso. Sí, en efecto, Frodo sentía que había fracasado.

“Al principio no parece haber tenido el menor sentimiento de culpa (III, 298); recuperó la sensatez y la paz. Pero luego pensó que había dado su vida en sacrificio: esperaba morir muy pronto. Pero no fue así, y es posible observar en él una creciente inquietud.
…cuando los tiempos oscuros le llegan y es consciente de haber recibido “la herida de un puñal, la de un aguijón y la de unos dientes; y la de una pesada carga” (III, 355), no eran sólo recuerdos de las pesadillas de los pasados horrores lo que lo afligía, sino también una autoinculpación irracional: se veía a sí mismo y a todo lo que había hecho como un fracaso… Eso fue en realidad una tentación venida de la Oscuridad, una última chispa de orgullo: el deseo de haber vuelto como un “héroe”, no contento con ser el mero instrumento del bien.”
Carta 246, Cartas, p. 381-382